12 de julio de 2024
Cuando Quentin Tarantino rodó en 1992 su primera película “Perros de Reserva” quizá no imaginó el enorme éxito que alcanzaría en su vida de cineasta, digamos que con ella inauguró la larga lista de cintas que conforman su filmografía. El cine de Tarantino se identifica por un marcado esteticismo de la violencia y del uso de estupefacientes, sin embargo hay un detalle que salta a la vista de manera recurrente, los personajes negros y blancos que interactúan con fuertes y marcadas personalidades en sus tramas, se mezclan entre razas, culturas y subculturas urbanas, Tarantino padece la influencia de haber vivido en los suburbios de los Ángeles, en donde aquellas confluyen al azar.
Digamos que Tarantino resulta incluyente en sus repartos, pero ha sido tildado de racista. El término de “Negro” que usualmente utiliza para denotarles, ha escandalizado a más de uno porque estiman que el tono resulta peyorativo, sin embargo no es verdad, porque él lo ha negado y él conoce a los negros tanto como a los blancos, sabe cómo son las cosas en los barrios bajos.
Después de una serie de críticas controversiales Tarantino terminó convirtiéndose en un héroe y en un vengador virtual de millones de seres cuando sacó a la luz su magnífico metraje anti histórico “Bastardos sin gloria” cuya versión original del inglés “Inglourious Basterds” llegó a ser históricamente uno de los filmes con mayor recaudación en la taquilla.
El entramado de esta película que resulta más lineal que en sus otras cintas, refiere a una joven Judía que en el escenario de la Segunda Guerra Mundial ha sido testigo y sobreviviente de la cruel matanza de sus familiares a manos de los Nazis, comandados por un sanguinario y astuto coronel cazador de judíos. Luego de vicisitudes en la vida, ella logra llegar a Francia en donde se establece habiendo adquirido otra personalidad, convertida ya en la propietaria de un cine y en una empresaria eficaz de la Industria cinematográfica, a la sazón comienza a fraguar su venganza, encontrando la oportunidad que se le ofrece porque Goebbels, ese sicario de Hitler, era un amante del cine y pretendido utilizador de este como instrumento de dominación ideológica y cultural nacionalsocialista en el resto de la Europa conquistada.
Simultáneamente un grupo sui géneris de norteamericanos se traslada hasta Europa a dónde furtivamente se dedican a cazar nazis que luego de ser torturados cruelmente son asesinados, los escenarios y los personajes se van empalmando hasta encontrarse en la sala cinematográfica de la protagonista en cuestión los más altos mandos del nazismo alemán, incluido el propio Adolfo Hitler; la mujer audaz, habiendo urdido con anterioridad un maléfico plan logra tenerlos a su merced, incendiando la sala y logrando con ello la supresión del poder nazi y su dominio… Todo ello en la fantasía del cineasta, por eso hemos dicho que el concepto es anti histórico, la película es fastuosa sin duda, deliciosa para muchos, horripilante y trágica para otros; a mí me parece que disecciona con mucha más claridad la posición política e ideológica del director Tarantino, quien lejos de ser racista pareciera más inconforme a los regímenes que coartan libertades y él de alguna manera ha saldado el oprobio.
Con esta cinta, me parece también que se ejecuta un profundo ejercicioreflexivo de lo que no puede ni debe suceder más en la historia, las luchas emprendidas en el mundo y en los Estados Unidos en contra de las políticas de segregación racial han sido muchas y muy costosas, la Guerra de Secesión y los movimientos encabezados por líderes como Mandela o Luther King nos dejan en claro que los hombres –y por supuesto las mujeres- quieren seguir manteniendo viva la esperanza y el derecho a la igualdad que el Ius Naturalismo nos ha otorgado per se y que el valor igualitario de la Revolución Francesa de 1789 rescató para los ciudadanos del mundo.
En toda ocasión que puedo leer o conocer las notas que aluden a las múltiples y recientes declaraciones del empresario norteamericano Donald Trump respecto de los latinos, hispanos o particularmente mexicanos que residen en los Estados Unidos, no puedo dejar de estremecerme pensando en que es lo que sucedería si este neo nazi alcanzara la Presidencia de su país. ¿Realmente es factible esta circunstancia? ¿Se daría una especie de éxodo o diáspora desde Estados Unidos a nuestro país y el resto del mundo?.
Hay quienes piensan que en efecto pudiera construirse un muro que delimite nuestras mutuas naturalezas, todas esas voces de odio racial acumuladas y reprimidas en un amplio sector norteamericano, particularmente en muchos de origen caucásico encuentran su voz en la de Donald Trump, porque ellos mismos no han tenido el valor de expresarlo. Pero sucede una cosa, todo ese apocalipsis que profiere este hombre empresario y no político, no va a germinar, existen cerca de 54 millones de hispanos en los Estados Unidos, su mano de obra es vital para la construcción de ese país, resultan ser cerca de 24 millones de votantes hispanos los que conforman su padrón electoral, la posición ideológica de Trump, ni siquiera lo es, y su discurso es contradictorio en si mismo con la ideología del Partido Republicano, no por ello menos conservador.
El propio partido no le dará cauce como candidato, porque sabe que con él, la posibilidad de recuperar la Presidencia del país estará más que limitada. Hacer candidato a Trump sería el despropósito de los republicanos para retomar el poder, por eso Trump no debe quitarnos el sueño, aunque haya otras cosas porque preocuparnos. Pensar en el fondo en que la segregación racial de una u otra forma ha recobrado fuerza es motivo de ocuparnos en buscar posibilidades igualitarias para todos, que nos permitan de una vez y para siempre diseminar ese fantasma que por tanto tiempo ha acosado a la humanidad. Recuerdo las palabras del filósofo mexicano Leopoldo Zea, quien en un congreso internacional de filósofos, en época más o menos reciente, sentenció: “Ojalá llegue el día en que unos dejemos de ser más iguales que otros.”